En los mismos años (1909-1916) en que el cubismo está en Francia, aparece en Italia este movimiento, que no es exactamente una tendencia artística, sino una postura vital de algunos poetas y artistas plásticos, con una intención deliberada y militante en favor de la modernización en todos los campos: arte, música, teatro, cine, política, ropa, etc.

El éxito de este movimiento se debe a su organización propagandística, a sus manifestaciones literarias, a su anarquismo libertario y a sus aportaciones plásticas. Se identifica con el lado más reaccionario, a favor del fascismo.